Below is a summary of our beliefs. For our complete declaration of faith, click here.

Abajo hay un resumen de nuestras creencias. Para nuestra declaración de fe completa haga click aquí.

 

Las Sagradas Escrituras

Creemos que la Biblia es la revelación escrita de Dios para la humanidad; que la misma fue inspirada por el Espíritu Santo en toda su plenitud verbal y plenaria (2 Tim. 3:16; 2 Ped. 1:20-21); y que la misma es necesaria, suficiente y autoritativa en todos los asuntos de fe y práctica en la vida del creyente (2 Tim. 3:16-17).

 

Dios

Creemos que existe un único Dios (Deut. 6:4-9; 1 Tim. 1:17), omnipotente (Job 42:1-2; Ap. 19:6), omnipresente (Jer. 23:24; Sal. 139:7-10), omnisciente (Sal. 139:4; 1 Jn. 3:20), inmutable (Mal. 3:6; Heb. 13:8), personal (Fil. 4:6-7; 1 Ped. 5:6-7), espiritual (Jn. 4:34), benévolo (Mt. 5:45) y completamente Santo (Isa. 6:3). El mismo se ha revelado como uno en esencia y tres en Personas—el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; la santísima Trinidad (Mt. 28:19; 2 Cor. 13:14). Este Dios es el creador del universo y todo lo que existe (Gn. 1:1; Col. 1:6).

Dios el Padre

Dios el Padre dirige y reina de manera soberana todo lo que acontece en el mundo para su gloria (Isa. 43:6-7; 48:9-11), desde eventos de apariencia insignificante (Pro. 16:33; Mt. 10:29) hasta los eventos más importantes que acontecen en el mundo (Lam. 3:37-38; Isa. 46:9-10); ejerciendo juico y justicia en el mundo (Sal. 9:8; 75:7); aún quitando y poniendo gobernantes en la Tierra (Dan. 2:20-22).

Dios el Hijo

Creemos que Jesús no era simplemente un maestro de moralidad y ética, sino que era y es Dios en la carne, el Dios-Hombre, la Segunda Persona de la Trinidad, el Hijo de Dios co-eterno con el Padre y el Espíritu Santo (Jn. 1:1-4, 14; 8:58; 1 Juan 5:20, 23; Col. 2:9; Fil. 2:5-8). Creemos que Jesucristo era y es completamente humano y completamente divino, teniendo tanto la naturaleza humana (Luc. 2:40, 52; Jn. 4:6; Mt. 4:2) y la naturaleza divina (Tit. 2:13; Heb. 1:3). Creemos que no hay posibilidad de vida eterna en ninguna otra persona, idea, religión o filosofía sino solamente en Cristo (Jn. 14:6; Hch. 4:12).

Dios el Espíritu Santo

Creemos que el Espíritu Santo no es una especie de fuerza impersonal, sino que es la tercera Persona de la Trinidad (Hch. 5:1-4), El autor de la inspiración de las Sagradas Escrituras (2 Ped. 1:20-21), El que confronta y transforma los corazones de los pecadores para que puedan creer en Cristo (Jn. 16:7-10); El que garantiza y sella a los creyentes con salvación eterna al morar en nuestros corazones (Ef. 1:13-14; 2 Cor. 1:21-22); El que produce frutos de santificación en los creyentes (Gal. 5:22-23); y El que guía a la iglesia hacia la voluntad de Dios el Padre (Hch. 13:12; 15:28-29; Rom. 8:26-27).

 

La Humanidad y el Pecado

Creemos que Dios designó a la humanidad como el pináculo de su creación, otorgándole Su imagen (Gn. 1:27), dominio y autoridad sobre el resto de la creación como representantes de Dios en la Tierra (Gn. 1:28; 2:15). Sin embargo, a causa de la caída y la desobediencia de Adán, la humanidad cayó junto con él (Gn. 3), estando ahora en un estado de rebeldía, separación y enemistad para con Dios (Gn. 6:5; 8:21; Rom. 3:10, 23) y trayendo muerte física (Gn. 3:3) y espiritual (Efe. 2:1-2) a toda la humanidad; siendo el resultado de esto la justa ira y juicio de Dios a causa de nuestras transgresiones (Jn. 3:36; Rom. 1:18-24; 1 Cor. 6:9-10).

 

La Salvación

Creemos que Cristo vino a este mundo para reconciliarnos con Dios (Rom. 5:10; 1 Ped. 3:18)—viviendo una vida perfecta en nuestro lugar (2 Cor. 5:21) y pagando el precio de nuestros pecados en nuestro lugar sobre la Cruz del Calvario (Isa. 53:5-6; 1 Ped. 1:24; Col. 2:14), resucitando al tercer día, así vindicando su obra Salvadora (1 Cor. 15:3-4). La salvación es pues, un regalo de Dios que por definición no se puede merecer o ganar por medio de buenas obras, sino recibir por gracia a través de la fe en la persona y obra de Cristo (Gal. 2:16; Ef. 2:8-9), es decir, al abandonar nuestra confianza en nosotros mismos y poner nuestra completa confianza en la persona y obra de Jesucristo. Esta salvación del juicio de Dios en Cristo—este regalo—es ofrecido a todo el mundo (Jn. 3:16) y Dios guardará y preservará hasta el final en la fe a todos los que genuinamente hayan puesto su esperanza en la persona y obra de Cristo sobre la Cruz (Jn. 10:27-30; Rom. 8:38-39; 1 Cor. 1:8-9; Fil. 1:6). En última instancia, creemos que la salvación es un acto netamente trinitario. El Padre diseñó el plan de Salvación (Jn. 3:16; 5:24; 1 Jn. 4:9), el Hijo ejecutó el plan (Jn. 19:28-30; 1 Tim. 1:15; 1 Ped. 3:28) y el Espíritu Santo aplica el plan al transformar y cambiar los corazones de nosotros los pecadores (Jn. 3:1-8; Tit. 3:5).

 

La Iglesia

Creemos que la iglesia no es un templo—sino la comunidad universal y local de creyentes en Cristo Jesús que se reúnen semanalmente (Rom 16:3-5; 1 Cor. 16:19; Ef. 5:25) para su mutua comunión, la administración de las ordenanzas, la disciplina eclesiástica (Mt. 18:15-20), la predicación y reflexión de las Sagradas Escrituras (2 Tim. 4:2) y la evangelización de su comunidad y el mundo (Mt. 28:19-20). La iglesia es pues, el cuerpo de Cristo, sirviendo como las manos y los pies de Cristo en su comunidad y en el mundo (1 Cor. 12:12-27).

 

Los Últimos Tiempos

Creemos que, aunque Cristo ya ha inaugurado su reino en la Tierra con su primera venida (Luc. 11:20; 17:20-21) y se encuentra reinando a la diestra de Dios el Padre en los cielos (Rom. 8:34; Heb. 1:3), dicho reino aún no se ha consumado de forma final y visible. Creemos que el mismo será consumado una vez Cristo vuelva a la Tierra en el Día del Juicio (Mt. 16:27; 25: 31-33 Hch. 17:31), resucitando a todos los muertos para juzgarlos con justicia; unos para vida eterna y otros para condenación eterna (Dan. 12:2 Mt. 25:46; Jn. 5:28-29), estableciendo una Tierra nueva (2 Ped. 3:12-13; Ap. 21:1) bajo su reinado visible y eterno por los siglos de los siglos para gloria de Dios el Padre (1 Cor. 15:24-28; Ap. 22:5).